COLUMNA DE OPINIÓN: El agua: un recurso natural del que debemos preocuparnos
Por: Dr. Eduardo A. Holzapfel, Subdirector CRHIAM
Mientras el mundo de la naturaleza no tuvo más dependencia que su propia evolución, el fenómeno de su existencia no reconoció más leyes que las propias. Hoy, la intervención del hombre ha alterado esa dinámica en términos de determinar qué recursos naturales sobreviven y cuales perecen. De esta manera podemos iniciar nuestro análisis enfatizando en que el mundo natural ha dejado de ser autónomo porque no sólo depende de sí mismo, sino de nosotros los seres humanos.
El agua es un recurso natural de inmensa importancia, ya que tiene asociado un sinnúmero de actividades fundamentales para el hombre, como la bebida, el regadío, la minería, la energía, la piscicultura y la recreación, entre las más relevantes. Es, indudablemente, un elemento básico para el desarrollo de toda acción humana.
Los recursos hídricos no sólo deben considerarse en su aspecto cuantitativo, sino también en sus aspectos cualitativos y de disponibilidad. En efecto, aún cuando el agua en la Tierra es abundante, el 97 % se encuentra en los océanos y el 2 % se encuentra en glaciares, sólo el 1% está disponible para uso humano. Es necesario contrastar estos datos con el aumento de la población, que produce presión sobre el abastecimiento de alimentos y el ambiente.
La cantidad de agua para la bebida que hoy existe es la misma que estaba disponible en las primeras civilizaciones hace miles de años y, por ello, el agua asignada a cada persona ha disminuido continuamente con el tiempo. El suplemento de agua fresca es renovable, pero finito.
Otro aspecto es la desigual distribución del agua en el planeta. Severas sequías se experimentan o se esperan en África y el Medio Oriente, el norte de China, partes de India y México, el oeste de USA, el noreste de Brasil y en países centro asiáticos. La escasez de agua genera y generará conflictos entre países vecinos y entre intereses de uso.
La agricultura es el mayor consumidor de agua, con un promedio mundial del 70 %. Sin embargo, el aumento en la proporción de habitantes en zonas urbanas supone un aumento de la presión en la transferencia de agua desde la agricultura a los usos asociados a la actividad industrial y urbana.
La utilización de los recursos hídricos es un problema de alta complejidad que requiere una amplia aproximación de análisis y solución. Dado que el agua es consumida por una amplia gama de sectores de la economía, parece razonable que los conflictos asociados a ello se evalúen de forma integral para lograr un uso más eficiente, teniendo siempre como objetivo que debe ser considerado un bien para el desarrollo de la sociedad.
Entre los factores que tienen un rol relevante se pueden considerar la demanda de agua, su disponibilidad, la disponibilidad de tecnología, el sistema de manejo y la facilidad de obtener información apropiada. Todos ellos deben tener una acción armónica para cumplir con los objetivos propuestos.
El desarrollo y sustentabilidad de las civilizaciones está íntimamente relacionada con los recursos naturales y sin lugar a dudas el agua es el que tiene un lugar preponderante. Por ello, en muchas publicaciones, seminarios y congresos se ha establecido como slogan la frase “el agua, germen de la vida, y prosperidad de los pueblos”.